Había una vez, en el cielo más alto, una estrellita llamada Luni. Era la más pequeña de todas, y por eso creía que no brillaba tan fuerte como las demás.
Cada noche, Luni intentaba brillar más, pero sentía que nadie la notaba. Un día, una nube triste pasó por el cielo llorando. Las estrellas grandes no la vieron, pero Luni sí.
Con todo su coraje, Luni voló hasta la nube y le dijo:
—¿Por qué lloras, nube bonita?
—Porque nadie me escucha —dijo la nube.
Luni la abrazó con su luz suave y cálida. Poco a poco, la nube dejó de llorar… y se convirtió en un arcoíris.

Desde esa noche, Luni entendió algo importante: no necesitas ser la más grande para hacer una gran diferencia. Solo necesitas un corazón brillante.
Y desde entonces, cada vez que un niño ve un arcoíris, hay una estrellita pequeña sonriendo desde el cielo.
Buenas noches. Nunca olvides que tú también puedes brillar a tu manera. ✨🌙
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